Poeta uruguayo nacido en 1920 y fallecido en 2009.
Su obra abarca el género narrativo, poético, dramático y también escribió ensayos.
Entre sus publicaciones más conocidos están: "El amor, las mujeres y la vida", "La tregua", "Vivir adrede", "Biografía para encontrarme" e "Historias de la vida".
Algunas de sus frases:
"Creo que la vida es un paréntesis entre dos nadas. Soy un ateo."
"Creo en un dios personal, el cual es la consciencia, y eso a lo que tenemos que rendir cuentas cada día."
"Siempre ando de mal genio. Yo qué sé. Como si me sintiera incómodo conmigo mismo."
"La verdadera división de las clases sociales habría que hacerla teniendo en cuenta la hora en que cada uno se tira de la cama."
"Cada vez que te enamores no expliques a nadie nada, deja que el amor te invada sin entrar en pormenores."
"De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra."
"Nacemos tristes y morimos tristes pero en el entretiempo amamos cuerpos cuya triste belleza es un milagro."
"Cinco minutos son suficientes para vivir una vida entera, así de relativo es el tiempo."
"Una de las cosas más agradables de la vida: ver cómo se filtra el sol entre las hojas."
Uno de sus poemas:
ESTA CIUDAD ES DE MENTIRA.
No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que las palmeras se doblen
a acariciar la crin de los caballos
y los ojos de las putas sean tiernos
como los de una Venus de Lucas Cranach
no puede ser que el viento levante las polleras
y que todas las piernas sean lindas
y que los consejales vayan en bicicleta
del otoño al verano y viceversa.
No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que nadie sienta rubor de mi pereza
y los suspiros me entusiasmen tanto como los hurras
y pueda escupir con inocencia y alegría
no ya en el retrato sino en un señor
no puede ser que cada azotea con antenas
encuentre al fin su rayo justiciero y puntual
y los suicidas miren el abismo y se arrojen
como desde un recuerdo a una piscina.
No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que las brujas sonrían a quemarropa
y que mi insomnio cruja como un hueso
y el subjefe y el jefe de policía lloren
como un sauce y un cocodrilo respectivamente
no puede ser que yo esté corrigiendo las pruebas
de mi propio elogiosísimo obituario
y la ambulancia avance sin hacerse notar
y las campanas suenen sólo como campanas.
No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
O es de verdad
y entonces
está bien
que me encierren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario